El panorama para muchos sectores económicos sigue siendo poco alentador. Las restricciones para contener la pandemia generaron que se reduzcan las operaciones o se frenen, incluso, por completo.
Uno de los sectores que se ha visto quizás más afectado es sin duda el de los licores. El confinamiento y las medidas constantes de ley seca en diferentes regiones del país han llevado a que el consumo de bebidas alcohólicas se reduzca significativamente. Además, a las afectaciones de este sector se suman una serie de problemas que han puesto en jaque a las fábricas de licores, y que vienen desde años atrás: el contrabando, el licor adulterado y la falsificación de botellas, que, con las prohibiciones actuales, podría llegar a intensificarse.
Así lo dio a conocer Juan Alberto Castro, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Industrias Licoreras (Acil), quien señaló que la situación actual de las licoreras departamentales no puede ser peor. “Las empresas licoreras han sido afectadas por el frenazo de la economía. Sin embargo, también tenemos un impacto adicional y es la satanización de las bebidas alcohólicas. Nosotros entendemos la necesidad del confinamiento y la propuesta del Gobierno de la apertura inteligente, pero pretender que la gente no tome licor, que la gente no pueda comprar los licores en las grandes superficies para tomar en su hogar, es una prohibición que sólo conduce a la ilegalidad y la clandestinidad”, dijo el directivo.
De acuerdo con Acil, la producción de las fábricas de licores del país en el periodo comprendido entre marzo, abril y mayo fue de 4,1 millones de botellas, una cifra muy baja teniendo en cuenta que en ese mismo periodo de 2019 la producción fue de 10,3 millones. Esto da cuenta que las afectaciones de la pandemia ya han generado que la producción de las licoreras caiga hasta 60%.
En el acumulado a mayo de este año. La producción de licores se redujo 47,3% frente a 2019, mientras en este período se produjeron más de 7,2 millones de botellas, de enero a mayo del año pasado la producción fue de 13,8 millones.
Al analizar los datos, abril fue el mes en el que se presentó la mayor reducción en la producción y por tanto en las ventas. Mientras en abril del año pasado se produjeron más de 3,1 millones de botellas, este año en ese mismo mes se alcanzaron tan solo 662.849 botellas, es decir, una reducción presentada de 78%. Las productoras de licor más afectadas en el cuarto mes del año fueron la Empresa de Licores de Cundinamarca, la Industria de Licores del Valle y la Nueva Licorera de Boyacá, quienes redujeron su producción 100%.
“Abril fue un mes de una reducción muy importante en las ventas. Mayo recuperó en algo la dinámica, pero no alcanza los niveles del 2019”, explicó Javier Hurtado, gerente de la Fábrica de Licores de Antioquia.
Si bien la crisis generada por el covid-19 ha acentuado la mala hora que atraviesan las licoreras, desde antes ya se había sentido un remezón en este sector. Mientras antes había en el país 19 licoreras, hoy solo quedan siete productoras: la Empresa de Licores de Cundinamarca, la Fábrica de Licores de Antioquia, la Fábrica de Licores del Tolima, la Industria de Licores del Valle, la Industria Licorera de Caldas, la Industria Licorera del Cauca y Nueva Licorera de Boyacá. La Unidad de Licores del Meta compra el producto, lo comercializa y algunas de estas grandes licoreras le maquilan el licor a Nariño, Caquetá, Chocó, Huila y Putumayo.
Según cifras de Acil, el año pasado se produjeron 89,5 millones de botellas de aguardiente, ron clásico y unas gamas altas, lo que equivale a una caída de 16% frente a 2018. Lo anterior es una mala noticia para los departamentos pues la venta de licor, dependiendo de la región, representa entre 30% y 50% de los ingresos.
En ese sentido, Castro destacó que “es una paradoja que unos mandatarios propendan por prohibir compras de un bien lícito y al mismo tiempo 50% de lo que vale una botella va a los departamentos. Además, no se puede dejar de lado que la disminución de los ingresos de los departamentos impacta en las inversiones que se hacen en salud y educación”.
Frente a este tema, el gobernador de Caldas, Luis Carlos Velázquez, añadió que en la vigencia 2019, los impuestos de licores fueron aproximadamente 27% del total del recaudo que hace la Secretaría de Hacienda en todo el tema impositivo.
“La ILC en 2019 aportó más de $40.977 millones por impuesto al consumo, mientras que a la fecha (31 de mayo) el impuesto recaudado por concepto de licores ha caído 25%”, concluyó.