La asamblea extraordinaria de las autoridades indígenas del Cauca durante un juicio a siete individuos que hacían parte de un grupo armado residual, GAO-r disidencia de las FARC en Huellas, municipio de Caloto, propusó entablar un diálogo con los grupos armados organizados ilegales, para iniciar un proceso de paz realmente concertado que permita recuperar la seguridad y la convivencia ciudadana en sus territorios.
Durante el reciente fin de semana, la guardia indígena con el decidido apoyo de la comunidad, capturó a siete sujetos fuertemente armados luego que asesinaron aún comunero del resguardo de Huellas.
El juicio terminó condenando a 35 años de prisión a los dos actores materiales del crimen: Se pagarán 25 años en patio prestado, es decir en una cárcel de la ciudad de Popayán y 10 años en un centro de armonización.
Dos individuos reincidentes fueron condenados a 5 años de prisión en patio prestado, bien sea en Santader de Quilichao o Silvia y cada uno se hizo acreedor a 9 fuetazos mientras que los tres restantes recibieron 41 fuetazos, entregados a sus familias y deberán pagar tres años de trabajo comunitario.
Al mismo tiempo frente al armamento decomisado como fusiles, granadas de fragmentación y material de guerra, se resolvió no destruirlo, sino entregarlo en custodia. Inicialmente se buscó a la defensoría nacional del pueblo y a la misión de la OEA pero no tienen autorización.
Finalmente, la iglesia católica a través de Monseñor Darío Monsalve cumplirá con esa custodia del armamento para emprender los diálogos con los grupos armados ilegales en busca de un acuerdo de paz.