Se cumplió en el resguardo de Huellas, Caloto, norte del Cauca, el proceso de aplicación de la justicia propia a los 7 integrantes del GAOR Dagoberto Ramos, por la muerte del comunero Jesús Antonio Rivera.
Las condenas quedaron así: a los líderes de la cuadrilla los sentenciaron a 25 años cárcel, 10 centro armonización y 9 aplicaciones de remedio (juetazos) porque accionaron las armas, dos integrantes los condenaron a 5 años en patio prestado, es decir la Cárcel San Isidro y 9 juetazos por ser reincidentes que ya habían sido enjuiciados por desarmonías en los territorios, a los 3 restantes tres años de trabajo comunitario, a los que hacían parte de la escuadra pero no participaron 41 Juetazos y entrega a sus familias.
Las armas y el material de Guerra incautado no se destruyó y fueron dejadas en poder de la Iglesia de Cali, quienes iniciarán un proceso de intermediación para lograr un proceso de paz con estos grupos residuales.
Uno de los responsables del asesinato de Jesús Antonio Rivera, expresaron que tomaron la decisión porque la víctimas extorsionaba y hurtaba y generaba violencia en la comunidad.