Uno de los sectores que se ha mostrado inconforme con la iniciativa del Gobierno de fumigar con glifosato es la Iglesia.
Este sector ha dicho que ha enfatizado al Gobierno que las fumigaciones no son pertinentes por todo el impacto que tiene, tanto en la vida de los seres humanos y de los pueblos.
El monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Popayán, dijo que espera que la erradicación sea más en la línea del progreso, la integración de los campesinos en nuevas labores de producir nuevos cultivos y de acompañarlos mejor; de pronto más lento pero seguro.
El senador Feliciano Valencia también expresó que es lamentable que el presidente Duque no escuche las advertencias de la gente víctima, ni atienda los análisis científicos que se han hecho respecto a lo nocivo que es el glifosato no solo ataca a las plantas ilícitas, sino a los cultivos productivos, que a su vez afecta a la madre tierra.
Valencia afirmó que para el Gobierno la salida del uso de glifosato es más económica, menos riesgosa, pero para la comunidad es más nociva, altamente peligrosa.
Además, concluyó que “desde ya estamos rechazando esta política vía aspersión”.
Finalmente, el senador Temístocles Ortega Narváez señaló que para el Cauca es una situación muy compleja, somos partidarios de la sustitución y no fumigación. Aunque consideró que en el Cauca hay una presencia muy grande de coca y marihuana, lo que hay es que buscar una manera de enfrentarla, porque tampoco se puede seguir así.